Las playas más seguras de Europa frente al coronavirus para este verano

Las playas más seguras de Europa frente al coronavirus para este verano

En el ‘top ten’ figuran tres playas de Portugal -una de ellas de Madeira-, dos griegas y una de Polonia, Malta, Letonia, Lituania y Alemania.

A la hora de valorarlas, también se han tomado en consideración la oferta de alojamiento de alquiler y de hoteles de pequeño o mediano tamaño adaptados a las nuevas exigencias, y la existencia de hospitales con una ocupación inferior a la media y con un promedio de centros sanitarios por habitante superior al europeo.

En este particular top ten figuran tres arenales portugueses y dos de Grecia. El resto corresponden a Polonia, Malta, Letonia, Lituania y Alemania.

1. Préveza. Grecia

La poca incidencia del virus en Grecia -con hasta 50 veces menos de contagios que en el resto del continente- la ha colocado en una situación inmejorable para recibir a turistas este verano. Lo hará a partir del 15 de junio.

De entre sus infinitas playas, Préveza es, según la European Best Destinations, la más segura de Europa. Situada al noroeste del país y bañada por las aguas del mar Jónico, la localidad cuenta entre sus numerosos arenales con una de las playas más largas de Europa, la de Monolithi, con 22 kilómetros de longitud y hasta 80 metros de anchura.

El municipio, que no tiene grandes resorts, dispone de una oferta de alquiler de alojamientos turísticos y hoteles familiares destacable. Su proximidad a tres grandes hospitales y al aeropuerto han sido factores a favor en la hora de ser incluida entre las mejores.

2. Comporta, Alentejo. Portugal

El Alentejo es una de las zonas menos concurridas de la costa lusa, y la playa de Comporta, a pesar de extenderse a lo largo de 20 Kilómetros, sigue siendo un auténtico reducto de paz en el que ni siquiera durante julio y agosto está abarrotada. Aquí es donde Madonna solía montar a caballo cuando vivía en Portugal -residió durante dos años en Lisboa-.

Situada a poco más de una hora de la capital, Comporta es famosa por su naturaleza salvaje -con hermosos paisajes costeros y verdes arrozales- y su gastronomía tradicional, de la que sobresalen las sardinas. Frecuentada sobre todo por familias, dispone de una interesante oferta de alojamiento “Safe&Clean”, una etiqueta que garantiza el cumplimiento de las medidas sanitarias.

3. Península de Hel. Polonia

Polonia que puede presumir como Grecia y Portugal de ser uno de los países menos afectados por la Covid y uno de los que disponen de un mayor número de camas de hospital por habitante de Europa, abrirá sus puertas al turismo internacional el próximo 15 de junio. Y aquí se encuentra una de las playas más seguras del continente: la de la península de Hel.

A algo más de una hora de Gdansk, una de las ciudades más bonitas del país, los turistas se encontrarán con toda una sorpresa: una extensa franja de arena de 35 kilómetros de longitud y en algunos puntos con centenares de metros de anchura, en el que el bañista puede llegar a sentirse solo. Aquí se impone, además de adentrarse en las frías aguas del mar Báltico y practicar el kitesurf, alquilar una bicicleta y descubrir los sorprendentes rincones de la costa polaca. Y es que, entre paisajes paradisíacos de naturaleza virgen, uno se olvidará de todo.

4. Porto Santo, Madeira. Portugal

Madeira es un auténtico oasis de tranquilidad en medio del Atlántico al que la escasa incidencia de la pandemia -el archipiélago no ha registrado ningún fallecimiento hasta la fecha- lo convierten en un destino más atractivo si cabe. Y es precisamente en Porto Santo , una pequeña isla de arenas doradas de solo 42 kilómetros cuadrados y poco más de 5.000 habitantes, donde se encuentra una de las playas más seguras del verano.

En Porto Santo -al noreste de la isla principal- apenas hay comercios ni tráfico. De hecho, la isla no registra criminalidad ni cuenta con un solo semáforo y en agosto, el mes con mayor afluencia, no alcanza los 20.000 turistas. Uno de sus mayores orgullos es la costa sur, una extensísima playa de dunas, elegida por los portugueses como la mejor del país. Sea donde sea, las virtudes terapéuticas, relajantes y estéticas de su cálida arena dorada se han convertido en todo un lujo por cuantos viajan al archipiélago.

5. Halikounas, Corfú. Grecia

Extensas playas de arena fina, calas solitarias, montañas escarpadas y una vegetación exuberante son algunos de los principales atractivos de Corfú, una isla Jónica muy relacionada con la mitología griega. Fue escondite de Jasón y los Argonautas después de robar el vellocino de oro y, según todos los indicios, sería Esqueria, la isla en la que naufragó Ulises tras abandonar a Calipso.

Distanciamiento social, desinfecciones a fondo o medición de temperatura son algunas de las medidas previstas para este verano. En Halikounas, el mayor arenal de la isla -se extiende a lo largo de varios kilómetros-, es posible practicar deportes como el surf o la vela casi en solitario.

6. Ghajn Tuffieha. Malta

Malta es una auténtica caja de sorpresas y toda una tentación. A la belleza de sus paisajes, la historia que desprenden sus construcciones y su riquísima cultura, este verano debe añadirse su seguridad sanitaria. Y es que este país, situado en pleno corazón del Mediterráneo y con una incidencia de la Covid muy limitada, cuenta además con más camas hospitalarias por habitante que países como Finlandia o Irlanda.

En Ghajn Tuffieha, una localidad del noroeste de la isla de Malta, la principal, hay algunas playas como las de Golden Bay y Riviera, aunque en todo el archipiélago encontramos -especialmente en Gozo- rincones en los que bañarse o tomar el sol en solitario o practicar algún deporte acuático como el submarinismo o el esnórquel.

7. Meia, Lagos, Algarve. Portugal

El Algarve es uno de los destinos más espectaculares del litoral portugués. Entre las localidades más seguras de este verano destaca Lagos, una localidad repleta de vida y con un buen número de playas en las que disfrutar del sol y de los baños en aguas del Atlántico. La más grande de todas ellas es la de Meia, un arenal dorado de 5 kilómetros en el que uno nunca se siente rodeado.

Aunque de menor tamaño, resultan especialmente recomendables otras playas como las de Dona Ana, Da Piedade o Do Camino, increíblemente bellas.

8. Jurmala. Letonia

Letonia, como el resto de repúblicas bálticas, son todavía grandes desconocidas por el viajero español, sin embargo esconden rincones, también a orillas del mar, que sorprenden a cuantos las descubren. Uno de ellos es Jurmala, una población situada en el golfo de Riga, al oeste de la capital, con una larga tradición turística, reconocida por el Comisión Europea como un destino “EDEN”, una etiqueta que premia a los destinos de turismo sostenible.

Jurmala tiene una extensísima playa de 33 kilómetros de arena fina en la que perderse, hermosas construcciones modernistas construidas en madera, colonias de pinos y una amplia oferta de alojamientos con spa que ofrecen tratamientos para el cuidado del cuerpo y la mente. No podemos perder de vista tampoco que el país está bien dotado por lo que respecta a equipamientos hospitalarios y que se ha visto poco afectado por la pandemia.

9. Nida. Lituania

Nida, en Lituania, es otra de las playas más seguras de este verano en opinión de la European Best Destinations. Ubicada en el istmo de Curlandia, a 350 kilómetros al norte de la capital, Vilna, es un lugar casi apartado del mundo, en la que el mar, las dunas y el bosque parecen fusionarse. Aquí se impone olvidarse de las redes sociales y desconectar del mundanal ruido.

La zona cuenta con más de 100 kilómetros de arenales, entre los que sobresale la duna de Parnidis, la segunda más alta de Europa tras la duna de Pilat, que se halla cerca de Burdeos. En Nida se practican todo tipo de deportes acuáticos, aunque resulta absolutamente recomendable alquilar una bicicleta y recorrer el litoral.

10. Binz, isla de Rügen. Alemania

La playa de Binz, un bellísimo arenal de 5 kilómetros -el más extenso del país- al este de la isla de Rügen, es una de las grandes sorpresas que depara el litoral alemán. La localidad es un destino de veraneo tradicional del norte del país repleto de construcciones de estilo belle époque, que le aportan un cierto aire chic.

Hasta esta zona suelen acercarse amantes de la naturaleza dispuestos a disfrutar de la belleza del litoral del Báltico y de turistas que huyen de la masificación veraniega. En esta ocasión, es especialmente recomendable para los que buscan un destino seguro, teniendo en cuenta la poca incidencia de la pandemia en la región.